sábado, 28 de marzo de 2020

Judy



Judy (2019) es una obra del no tan experto Rupert Goold, que cuenta la decadente y triste historia de los últimos meses de vida de uno de los íconos estadounidenses del siglo XX: Judy Garland, quien para salvar su carrera y familia empezó a dar conciertos en un pequeño cub de Londres.

Si uno como espectador tuviera la capacidad de solamente ver la ruina emocional de Judy (Reneé Zellweger) esta sería una historia mucho más estremecedora, pero la verdad es que el tratamiento pobre del guion no apoya en absoluto a Reneé. Ella encarna demasiado bien a una persona que creció castigada, explotada e inducida a las drogas por tener una voz maravillosa, divorciada 4 veces, con serios y profundos problemas emocionales, de autoestima y con el alcohol, y que a pesar de eso era infinitamente noble y adorable. Pero la película nunca profundiza en las raíces ni desarrollo de estos problemas, tampoco en el efecto del abuso de las drogas. Tiene una perspectiva limitada donde solamente cuenta la experiencia de Judy con el productor ejecutivo de Mago de Oz (1939), y la serie de conciertos que dio en Londres bajo el efecto de las drogas, hechos que si bien están relacionados, no desarrollan en absoluto el origen de sus males, lo cual hace de esta una mala película, pues termina manipulando y dirigiendo la historia hacia un mensaje errado. Por ejemplo el consumo de drogas por parte de Judy parece más bien un mal hábito en vez de un mecanismo para combatir años de maltrato emocional, da la impreción que ella simplemente no es capaz de hacerse cargo de sí misma, y hechos como estos desembocan en que la película se volque contra ella y la juzgue, como cuando a sus 47 años le pide matrimonio al joven Mickey Deans y los espectadores le gritan “¡No!”, desconociendo totalmente los motivos que la impulsan a dicha decisión. Si la película fuera un poco más noble con ella, sería responsable y completa con la forma en que se cuenta la historia, lo cual, no solamente potenciaría mucho más la actuación de Reneé, sino que también transmitiría un mensaje mucho más consciente, sentimentalmente potente y enaltecedor, pero el filme no la honra, la juzga en silencio, como una droga: aparentemente la impulsa, pero en el fondo lo que hace es acabar con ella.

Ahora, si bien es cierto que Rupert no comete el error común en los bio-pics, que es tratar de introducir mucha información en poco tiempo, comete otro que no sabría decir si es peor, y es no contar lo necesario.

Realmente es una lástima que la esplendorosa actuación de Reneé se desperdicie en la cinematografía poco experta de Rupert, porque la hace parecer un poco plana, cuando ella está haciendo un papel estupendo llenando el filme de fuerza emocional, escenas de canto poderosísimas y nobleza, mucha nobleza.


Para ver el trailer.

viernes, 27 de marzo de 2020

Mujercitas (Little Women).



Esta obra del 2019, cuenta la historia de cuatro hermanas que crecen y maduran en Estados Unidos durante de la guerra civil. Fue dirigida por Greta Gerwig, y es la octava adaptación de la novela de Louisa May Alcott, Little women, publicada en 1868. ¿Por qué hacer una octava versión de lo mismo?

Pues bien, Little women es un libro lleno de tanto vigor y sentimiento como el clásico de Margaret Mitchell "Lo que el veinto se llevó (Gone with the wind)", y eso ya es razón suficiente para que un/a director/ra decida asumir la titánica tarea de traducirlo a imágenes. Cada vez que alguien tomó esta determinación fue porque creían en nuevas, diferentes y mejores formas de retratar la intensidad de los sentimientos que el libro evocó en ellos, y ciertamente, hay que decirlo, las mejores versiones siempre han sido las dirigidas por mujeres.

En este caso, Greta decide capturar el aire fresco y contemporáneo que fluye entre las páginas del libro, pero sin olvidarse jamás de los límites socioculturales que imponía la época. Es así como nos encontramos con una joven que en pleno siglo XIX es capaz de vender su cabello por ayudar a su familia, ¡y Greta lo hace ver increíblemente natural! En el contexto de la película este acto heroico e impulsivo transcurre con absoluta espontaneidad. Pero claro, ella no se olvidaría jamás de cuán complejo puede llegar a ser para una mujer cortarse el pelo… En esta versión, absolutamente femenina, ella reconcilia dos posiciones distintas ante la vida y las hace caber en la misma pantalla, sin que ninguna sea más o menos valiosa que la otra, cosa que no se había logrado antes en ninguna de las adaptaciones. La peli hace un balance bastante equilibrado entre los ideales posmodernos del feminismo, y la mentalidad de la gente en los Estados Unidos de hace dos siglos. Allí es tan válido querer ser escritora o música y aborrecer el negocio del matrimonio, como querer tener vestidos suntuosos, coquetear con hombres o querer tener hijos con un galán adinerado.

Con saltos de tiempo en las cuatro historias se hace un poco complejo ubicarse en la película, y sin embargo, a pesar de los efectos nefastos que esto pueda causar, la peli logra sembrar en el espectador esa belleza nostálgica que carga el trascurrir de los años, pues al final, este filme rebelde, doloroso y pasional es sobre la vida misma, en donde cada quien procura labrarse un camino con sus propios ideales, llegando siempre a lugares inesperados.

Es complejo llegar a afirmar que esta es la mejor adaptación del libro de Louisa, pero sin duda, nunca hubiera podido ser una película tan evocadora si no la hubiera dirigido una mujer.


jueves, 26 de marzo de 2020

Ford Vs. Ferrari



La premisa de Ford Vs. Ferrari (2019) - o “Contra lo imposible” como absurdamente la tradujeron para Latinoamérica - es la misma de tantas películas sobre deportistas, que van desde Creed (2015) hasta Cars (2006): un corredor que ya no puede conducir por motivos de fuerza mayor, y ahora asume la tarea de llevar a otro más novato a una de las carreras más importantes del mundo (en este caso, las 24 horas de Le Mans) a vencer al mejor piloto del momento, y todo esto como resarcimiento consigo mismo por no poder pilotar nunca más. ¿Por qué verla si de ante mano se sabe el resultado final? Porque lo emocionante es el trayecto hasta la meta, más no cruzar la banderilla de cuadros.
Con un Oscar a mejor edición de sonido muy merecido, James Mangold, el director, se ciñe rígidamente a los parámetros cinematográficos de Hollywood, para traer a colación una película donde logra captar la atención hasta del más ignorante en la industria automovilística, mientras que cuenta la historia sobre cómo Henry Ford II salvó a su compañía de caer en banca rota en el 66, apostándole a construir un carro de carreras que pudiera vencer los diseños de Ferrari.
Una película que a pesar de ser bastante predecible y absolutamente estereotipada, logra su objetivo principal, entretener contando un fragmento de la historia del siglo XX: la segunda vez que Ford fue a la guerra, diría Henry Ford II. Llena de fuerza, agresividad y tensión, sienta al espectador como copiloto en un Ford de carreras que no baja sus revoluciones hasta la última vuelta.
Ahora, ¿Es eso suficiente para haber estado nominada a mejor película? A menos que La Academia haya bajado sus estándares, definitivamente Le Mans ´66 (que es su nombre original) no tiene el estándar para llegar allí, es una película de poca monta que quedará empolvada por la historia. Lo que tiene es muy buenos contactos dentro de la Academia de Artes y Ciencias de la Cinematografía.


miércoles, 25 de marzo de 2020

Los dos papas (The two popes)



El guionista neozelandés Anthony McCarten llevó películas como The theory of everything (2014), The darkest hour (2017), Bohemian Rhapsody (2018) y ahora The two popes (2019) a los premios más aclamados de la academia. Sobre esta última dijo al Hollywood Reporter: “La verdad no es una cosa fija ni finita. Se crea, al final, una obra de arte con esto”. Y exactamente eso fue lo que hizo con este guion.

En lugares como la casa de verano del papa o la Capilla Sixtina reúne a Benedicto XVI y al entonces cardenal Jorge Bergoglio (hoy papa Francisco), para definir el futuro de la Iglesia, mientras desarrollan entre ellos una profunda y afectuosa amistad basada en sus acentuadas diferencias intelectuales y teológicas. La película misma es un extenso diálogo entre Benedicto (Anthony Hopkins) y el Cardenal (Jonathan Pryce), lleno de sabiduría y rivalidad serena, en donde se humanizan a estos dos grandes del poder católico, se les despoja del velo de santidad que los cubre ante la sociedad y los acerca a ella como dos humanos más, con dudas, faltas e ignorancia, que comen pizza y disfrutan del fútbol. Benedicto XVI como el ultra conservador que es y el cardenal como un hombre de mente abierta que trascendió la dictadura argentina.

Una de las cosas que más hay por admirar de los escritos de McCarten es el respeto con el que elabora siempre las historias. Teniendo mucha tela de donde cortar para hacer un filme totalmente controversial, él decide no ser ajeno a la coyuntura de la Iglesia Católica sobre la corrupción y la pedofilia, pero tampoco ahondar en ello. Lo menciona, pero no cae en ese juego morboso que exigen los críticos.

Ahora, el trabajo del brasilero Fernando Mierelles, director de películas tan distintas como Caidade de Deus (2002) y Blindness (2008), no es nada despreciable en esta película. Desde la cinematografía hasta la edición hizo poesía pura que impulsa y sostiene el guion sobre los pasos acongojados de los papas, con estocadas de humor muy bien esparcidas, que lograron construir un filme y bio-pic lleno de prudencia, sabiduría, humildad, redención y mucha consciencia sobre la influencia moral que la iglesia debería ejercer sobre males que asechan al mundo como la inequidad económica o el cambio climático, pues el mismo filme es consciente que el catolicismo no ha de ser solamente un negocio.

A pesar de los ojos escépticos con que uno se pueda sentar a ver este filme, es innegable la bondad que transmite. El argentino ni siquiera quería ser papa. Incluso estaba en desacuerdo con muchas de las maniobras de la Iglesia, sin embargo su humildad, sapiencia y seguridad en sí mismo lo llevó a reunirse con el papa, y posteriormente a dirigir una de las instituciones más poderosas del mundo, con un mensaje de esperanza renovado para toda la humanidad.


lunes, 23 de marzo de 2020

Siete Almas (Seven pounds)



Siete almas (2008) es una película del italiano Gabriele Muccio, (también director de En busca de la felicidad [2006]), que cuenta la historia de un hombre adinerado que carga consigo el peso de un inconfesable secreto que lo lleva a buscar redención consigo mismo ayudando a otros. Pero no contaba con enamorarse en el proceso.

El valor emocional de la muerte es algo inherente al hombre, y Muccio se apoya en este hecho para construir, desde los créditos iniciales hasta los finales, un drama absoluto, en donde Ben, un hombre misterioso, lleno de bondad y sumido en la depresión, de forma arbitraria e inmoral, incluso ilegal, busca y decide quién merece una segunda oportunidad y quién no, para él mismo dársela o negársela. La película es consciente de la incongruencia de este hecho irreal y caprichoso así que se enfoca en cómo él se enamora poco a poco de una de sus elegidas, atrapando al espectador con la angustiosa dualidad que crece entre el amor y la muerte.

El filme tiene un montaje anacrónico que deja bastantes preguntas tras la estocada final, pero que ciertamente, junto con una inquietante interpretación de Will Smith, salvan la película de ser un bodrio. Es así como este filme de Muccio cobra tanta fuerza que logra desprender silenciosas lágrimas en los espectadores que ven a Ben meter a su medusa en la bañera, mientras a su vez se hacen fuertes cuestionamientos sobre el valor de la vida y los seres queridos, contemplando, en muchos por primera vez, la belleza magna que hay en la donación de órganos.


domingo, 22 de marzo de 2020

La Lista Negra (The Dead Pool)



Desde la década de los 50s hasta el presente milenio Buddy Van Horn ha trabajado como doble y coordinador de dobles en más de cien películas. Durante esta extensa carrera, una innumerable cantidad de veces fue el doble del cinco veces ganador al Oscar Clint Eastwood, el protagonista de las únicas tres películas que dirigió Buddy.

La lista negra (1988), es una peli que corresponde al cine policial de la época, con una femme fatale periodista, un asesino en serie que está obsesionado con un director de cine gore y que en su “dead pool” tiene celebridades del cine, y un policía conocido como el Dirty Harry por su forma tosca de trabajar, quien obviamente es interpretado por el carepuño de Eastwood.

La película no trasciende demasiado más allá de la acción, el misterio y el romance que caracteriza este tipo de películas, salvo por una que otra crítica y reivindicación que le hace a los medios de comunicación. ¿Por qué verla entonces? Porque es demasiado entretenido ver a un joven Jim Carrey protagonizando el video de Welcome to the jungle de los Guns n´ Roses, y porque este filme tiene la que es tal vez una de las mejores escenas de persecución de la historia del cine.