miércoles, 22 de abril de 2020

La casa de los locos (Dom durakov)


La casa de los locos (2002) es una película rusa de Andrey Konchalovskiy, que nos traslada a 1996, cuando los chechenos respondían a los masivos ataques de Rusia. En la región fronteriza de Ingushetia había un manicomio que, a causa de la guerra, una madrugada amaneció sin doctores ni enfermeras.

Esta comedia absurda, en ocasiones equiparable en su técnica y su historia con Los idiotas (1998) de Lars von Trier, está basada en un hecho real. Los enfermos mentales, que en realidad parecen estúpidos, fueron dejados a su albedrío. Varios integrantes de ambos bandos pasarán a refugiarse en el hospital, conviviendo así con los enfermos, mientras a su vez la razón y marca de la guerra se irá equiparando con la demencia e idiotez de los hospitalizados. Un inteligente espejo de la guerra, reflejando a los imbéciles de un manicomio.

Alguno de los armados que arriba al hospital incluso tiene su propia crisis mental dentro de las paredes baleadas y vidrios rotos del lugar. Todos los que llagan allí tienen algún rayón en la psique, sin embargo el filme también proyectará una imagen sensible y humana, tanto de los militares como de los idiotas. Mientras los primeros lloran recordando haber visto a sus padres y hermanos morir, o buscan una inyección lo suficientemente fuerte para soportar el combate, los segundos se enamoran y guardan poesía con ellos. Entre su reflexión simbólica, Andrey evidencia cómo la nobleza e imparcialidad de unas personas totalmente limpias del odio que la historia humana carga consigo, alcanza objetivos con mejores estrategias que las violentas y despiadadas tácticas militares.

La guerra de Chechenia es una disputa territorial entre Rusia y los chechenos, que en realidad es una lucha por quien explota y cobra ganancias por el petróleo que hay en esta región. Un conflicto tan absurdo como que Brian Adams aparezca en una película rusa, como que una pelea de repente se torne en un baile tradicional al son de un acordeón, como que dos militares se hayan salvado el pellejo combatiendo en otro país por acaparar petróleo para los más ricos, y luego se vuelvan a encontrar al interior de un manicomio luchando contra ellos mismos por la disputa del petróleo de su propio país. Un filme tan claro, simbólico y contundente como eso.


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lunes, 20 de abril de 2020

Kaili blues



Kaili Blues (2015) es la primera obra del asombroso Bi Gan. Aquí, él hace una reminiscencia del tiempo y los sueños: un doctor debe viajar a un lejano y apesumbrado pueblo para encontrar a su sobrino y llevar un encargo de la compañera con la que trabaja. Durante su viaje, a bordo de un solitario vagón, se verá  inmerso en un olvidado y pequeño pueblo a la orilla de un río tan calmo como un reloj, en donde su pasado, presente y futuro convergen en un mismo tiempo, en un mismo sitio. Sin embargo, pareciera que él no es consciente de ello, su melancolía no le permite darse cuenta que está siendo testigo de su propia historia. A él simplemente lo llevan esos incomprendidos impulsos humanos que determinan tantas de nuestras decisiones, y nuestra vida ciertamente. Sin comprender exactamente el por qué o la nostalgia que esto le provoca, Chen se deja llevar por esos impulsos y, sucumbe sin resistencia alguna a reencontrarse y descubrirse en la inmensidad de tristezas que demarcan su vida. El espectador es el único en esta narración capaz de discernir la naturaleza de sus actos, asimilar las heridas oscuras del pasado de Chen, para así darle sentido a su aflicción y a la pobreza profunda que consume lentamente al marginado pueblo en que él hace una reminiscencia del tiempo y los sueños.

Un filme que explora una China tan profunda y mísera como olvidada, que recorre desde sus agrietadas calles hasta sus sucios antros, que hurga y penetra en la vida de un hombre arraigado a este olvido,  que es testigo de una tradición cultural resquebrajada por el tiempo, reducida a un mero mito. Un filme que a cuerda de símbolos y poesía pura, logra calcar con pulcritud la nostalgia que ahoga la vida de un hombre.


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Funan



Funan (2018) es un filme animado del descendente camboyano Denis Do. En él cuenta la brutal historia de una numerosa familia de clase media que se deshizo en tan solo 4 años, luego de que el menor fuera separado de sus padres mientras el recién instalado régimen comunista evacuaba a la población citadina para forzarlos a trabajar en el campo.

Los Jeremes Rojos fue un partido comunista camboyano que ganó fuerza como resultado de la guerra de Estados Unidos contra Vietnam. En abril del 75, mientras Estados Unidos se retira del territorio vietnamita, los Rojos derrocan al dictador militar al mando en Camboya y se toman Phnom Penh, la capital. Esta animación hecha a mano toma lugar ese mismo día. Las familias tuvieron que marchar, bajo el mando de los Jeremes, fuera de Phnom Penh, pero un niño, inocente y desprevenido se pierde de su familia entre la multitud. Desde entonces, la angustia e impotencia de sus padres empañará de esperanza y dolor los años que están por venir, durante los cuales los fuertes trabajos agrícolas a los que son forzados irán acabando con lo que resta de familia, y de país, poco a poco, convirtiendo la búsqueda de su hijo en un arduo y agotador intento por sobrevivir. Un filme intenso y doliente que muestra, no solamente la inutilidad de impartir una idea por medio de la violencia (pues el clima comunista en Asia estaba en ebullición), sino también la importancia de construir una sociedad respetándole los derechos humanos a los individuos, pues a los 4 años, luego de 2 millones de muertos y más de un millón de exiliados, Vietnam invadió Camboya y el régimen se acabó.

Las influencias de Frist they killed my father (2017) de Angelina Jolie y La tumba de las luciérnagas (1988) de Isao Takahata es innegable en este filme que Do hizo en honor a su madre y hermano, quienes tuvieron que resistir esta barbarie en carne viva. Un relato sensible y reciente en la historia de este país indo chino, donde muchos de sus habitantes aún tienen en su piel las cicatrices que les dejó este salvaje episodio, mientras tantos otros nunca pudieron reencontrarse con sus familiares desaparecidos. Todos buscaban un hermano, un hijo o una madre por entre los campos y selvas ensangrentadas camboyanas. Aunque la película trata con prudencia y excesivo tacto las atrocidades que conllevó este sistema político, con una hermosa y potente animación que permite a su vez intimar en las devastadoras emociones y tomar la distancia necesaria para afrontar una tragedia histórica de ese calibre, la verdad es que aún hoy hay una gran impunidad por crímenes de lesa humanidad cometidos durante esos 4 años por los Jeremes Rojos, tales como desapariciones, asesinatos, violaciones y esclavitud, sin contar el maltrato, el hambre, la separación de seres queridos y hasta el suicidio.


domingo, 19 de abril de 2020

The Mustang



The Mustang (2019) es la única película dirigida por la actriz francesa Laure de Clermon. Ella nos traslada a Nevada, Estados Unidos, en donde los caballos salvajes del desierto son llevados a la cárcel estatal para que los presos los domen, y luego los subastan. Así controlan el crecimiento poblacional de los animales, apoyan a los granjeros locales, auto-sostienen el programa y reforman a los prisioneros. Roman Coleman es un preso a quien se le asignó la tarea de domar al más brío de ellos.

Este emotivo desafío llevará a Roman, en una conmovedora interpretación de Matthias Schoenaerts, a afrontar sus delitos y el dañó que causó, amansando a un caballo tan orgulloso como él, pero que le brinda el amor y comprensión que necesita para hacer frente a la culpa que lo abruma y lo silencia. Un filme que muestra con admirable maestría el valor y la importancia de la rehabilitación sensible de los condenados, y los alcances de hacerlo con animales, pues aquellos presos que hacen parte de este programa, llevado a cabo en distintas cárceles de los Estados Unidos con caballos salvajes, tienen más altas probabilidades de reintegrarse a la vida civil sin reincidir.

A pesar del difícil ambiente de las cárceles, ligeramente esbozado por la película, este vibrante relato envuelve a su protagonista en un duelo interno guiado por la relación con su caballo, que lo incita a reconocer su error y perdonarse a sí mismo por lo que hizo, y liberarse. Proceso que no solamente es poético, sino supremamente provechoso en la restauración de una persona.

Teniendo en cuenta que muchos de los personajes son presos de verdad, con caballos salvajes reales, es asombroso el trabajo que se hace con los Mustang (los caballos provenientes de desiertos estadounidenses) para filmarlos y transmitir con sus ojos, sus músculos y hasta sus facciones, una fuerza emocional equiparable con el fraccionamiento interno que sufre Roman, cuando su responsabilidad se convierte en “civilizar” a uno de estos.  

Ciertamente es una lástima que los programas de incorporación a la vida civil de la mayoría de cárceles del mundo sean tan precarios y corruptos, pues allí hay una mina de oro y de paz.


viernes, 17 de abril de 2020

25 Watts


25 Watts (2001) es la ópera prima de Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll, y es una pieza tan emblemática para Uruguay como Rodrigo D: No futuro (1990) lo es para Colombia, la ópera prima de Victor Gaviria. Una hace referencia a cine independiente estadounidense de los 90s (Richard Linklater) y el otro al neorrealismo italiano (Vittorio de Sica). Esta película acompaña a 3 adolescentes humildes, ingenuos y rebeldes durante 24 horas, en donde nos muestra cómo poco a poco van siendo absorbidos por lo más paupérrimo de su comunidad.

Con una cinematografía interesante y simbólica, y diálogos tan divertidos e impactantes como sus personajes, este par de directores nos sitúan en uno de los barrios más desvalidos y monótonos de Montevideo, donde los jóvenes, por motivos personales y sociales, pasan sus días sin hacer el más mínimo amague de algo productivo, como conectados a una pequeña planta de tan solo 25 voltios: Mientras Leche gasta la tarde buscando la forma de declarársele a su profesora de italiano, Javi piensa en cómo renunciar a su trabajo de conductor de un auto publicitario y Seba intenta comprar porno sin ser juzgado por ello. El filme se centra en desarrollar de forma dinámica y absorbente estas actividades pasivas, mientras va retratando el diario de esa ciudad grisácea y a esos personajes atrapados en su propio entorno, ausente de adultos y abundante de peligros.

Un filme que calca con inteligente potencia una generación llevada por la abulia y el desinterés, y que evidencia cómo paulatinamente esta falta de carácter ante la vida atraía a los jóvenes, casi que magnéticamente, hacia los rincones más abatidos de la sociedad, les encontraba un lugar allí.



Culpable (Guilty)



Culpable es una cinta india estrenada en Netflix en marzo. Este filme dirigido por Ruchi Narain (una mujer), lleva varios testigos frente a un “investigador” para esclarecer si una chica fue o no violada por un joven universitario. Y aunque el título aparentemente revele la respuesta antes de tiempo, no es acertado hacer una conclusión tan acelerada, pues muchas de las personas acusadas de violencia sexual en India, han volteado los casos hacia las víctimas acusándolas de difamadoras. Así que ¿quién es realmente el culpable en esta película?
Aprovechándose de la fuerza del movimiento #Metoo en India, una joven provocadora,  mentirosa y calumniadora acusa al hijo de un político de haberla violado. A partir de ahí un investigador totalmente ficticio se encargará de reunir versiones para esclarecer los hechos, sin embargo entre sus citados no está Tanu, la supuesta víctima, lo cual parece irreal e ilógico, por más patriarcal que pueda ser la mentalidad india. Narain hace aquí un balance entre entretenimiento y denuncia social, pues mientras nos envuelve en un filme lleno de misterio también va retratando un entorno peligroso para las mujeres, no solamente en las calles, sino a nivel institucional también: mujeres a quienes se les asesora que si quieren salir bien libradas lo mejor es no decir nada, mujeres a quienes les toca ganar voz a través de las redes sociales porque nadie las escucha, mujeres que crecen creyéndose a sí mismas con menos derechos que los hombres porque un patriarcado falopresor así las educó. Y eso tiene mucho peso para ser distribuido en una plataforma como Netflix. Además tiene un desenlace donde nos señala a nosotros como los culpables de esa impunidad que absorbe los casos de  violencia sexual en India, y que busca reivindicar a la mujer, en un discurso feminista que, aunque falto de potencia, es lo suficientemente explosivo para que el espectador quede satisfecho con lo que vio.

Por otro lado, el filme tiene cantidades abominables de información innecesaria, pero esto parece tener sentido en medio de este desfalco de Netflix: un “investigador” está intentando entender qué pasó la noche de San Valentín del 2018 en las instalaciones de la Universidad, y como en cualquier caso policial siempre tiene pistas que no llevan a ningún lado, pistas que confunden y desembocan en nada, y al ser este un filme que procura inmiscuirnos en el misterio de la investigación y la incertidumbre de la verdad, es totalmente válido e inteligente llenarnos de esa información confusa, hacerlo va totalmente acorde con las intenciones del filme. Lastimosamente eso no enmienda la hora que acaba de botar a la basura, pues entre tanta información volátil, hay cosas que ni confunden, ni aportan, ni restan, sino que simplemente sobran. Esto sin contar que los personajes están pobremente construidos y muy sobreactuados, que la película es ridículamente expositiva y que su diseño sonoro es poco profesional. ¡Qué mala peli!


lunes, 13 de abril de 2020

Yo maté a mi madre (J’ai tué ma mère)


Yo maté a mi madre (2009) es la primera película del canadiense Xavier Dolan, donde cuenta, con gran influencia autobiográfica, la relación de amor-odio de un adolescente con su madre. Allí, ella procura conservar su hijo como resarcimiento por no haber conservado al padre de este, mientras el joven, por su lado, busca formas desgarradoras de liberarse de esa atadura. En esta premisa se involucra Dolan para abrir las venas de un conflicto psicológico que afecta muchas familias monoparentales, y exponer las crisis emocionales que esto causa.
Tras esa búsqueda poética y colorida en sus películas, Dolan encarna a Hubert, un joven excéntrico, homosexual y obstinado que no entiende a cabalidad el conflicto que le causa la protección de su madre, y se fastidia de ella hasta aprisionarla de las muñecas y querer romper su vajilla. Él llena el filme de ira, desenfreno y de esa impotencia que causa el no entenderse a uno mismo cuando se entra a ese vaivén caótico de la adolescencia, que se mece con frenesí entre un grito de libertad y el conformarse con la comodidad del hogar. Mientras que Julie (Suzanne Clément), su madre, sólo procura criar a su hijo lo mejor que puede, soportando en silencio la rabia alborotada de este, conservando siempre su comprensión y sensatez. Ella equilibra la relación con mucha paciencia, sacrificio y un amor inconmensurable del que no cabe la menor duda.
Este retrato palpitante del amor incorruptible de las madres ante el insolente comportamiento de sus hijos, está lleno de potencia y resarcimiento, narrado con toda la poética del Dolan que tenía 20 años, y que ya entendía cómo plasmar en una pantalla las emociones más profundas y desequilibrantes de un individuo: él mismo. 

sábado, 11 de abril de 2020

La rodilla de Clara (Le genou de Claire)


Uno de los representantes más poéticos de la Nueva Ola Francesa, Éric Rohmer, en el 71 estrenó La rodilla de Claire, una película llena de miradas y diálogos agudos que emanan tensión sexual. Un filme que juega con la 
perspectiva del espectador mientras desarrolla una crónica del enamoramiento.

Durante el verano previo a su matrimonio Jerome se encuentra con Aurora, una vieja amiga escritora que lo incita a coquetear con una adolescente llamada Laura. Él, con ánimos de ayudarle a construir un personaje, o tal vez no, se involucra con la joven, pero terminará envuelto en el deseo por su hermana Claire, quien también es una adolescente en carne viva. Durante las conversaciones entre Jerome y Aurora sobre la relación de este con las jovenes a vísperas de su matrimonio, el director exhibirá el lado más curioso y ambicioso de la sexualidad humana, buscando atención en jóvenes para sentirse vivo, vital, joven también, como jugando sugestivamente a mantener el equilibro en una cuerda que se tensa entre el fetiche y el enamoramiento, ente el deseo y la infidelidad. 

En este relato, que hace parte de los “6 cuentos morales” de Éric (6 películas que exploran cuestionamientos morales de nuestra sociedad), con majestuosa belleza descubre a un hombre que no por pretender el cuerpo esbelto e indemne de una adolescente es un pedófilo, es tan humano y codicioso como cualquier otro, pues ellas ayudan a tensar la cuerda, hacen parte voluntaria del juego inescrupuloso y poético de seducción de menores.

viernes, 10 de abril de 2020

El hoyo.


El hoyo (2019), es un denso y absorbente thriller psicológico que explora la psique humana y su construcción social. Este primer largometraje dirigido por el español Galder Gaztelu, se desarrolla al interior de una torre llamada El Hoyo. Allí solamente hay un cuarto por piso, y en cada uno residen dos personas con nada más que un lavamanos, un espejo y un catre. Todos los días, una sola vez por día baja una plataforma abarrotada de comida cocinada con mucho esmero y delicadeza, sin embargo esos suculentos platos no alcanzan q bajar hasta los niveles más profundos. Entonces comienza el juego.

Así como ocurre en la saga Saw, desde el principio se establece un pacto entre la película y el espectador: estás a punto de ser testigo de un juego macabro cuyas reglas son las siguientes; te explican las reglas y el juego comienza. Te tensionas, te asustas, mantienes en vigilia y con asco regurgitándote en la lengua. A medida que avanzan los días en esta sangrienta y egoísta torre, entiendes el juego y te vas dando cuenta que la tensión, el miedo, la vigilia y el asco son en realidad sensaciones producidas al ver reflejada en la pantalla nuestra egoísta sociedad acabando consigo misma.

Es una reflexión ruda y grotesca sobre nuestras formas de gobierno y su ignorancia a la hora de administrar una sociedad, pero también una bofetada a aquellos que concentran la riqueza, negándole arbitrariamente oportunidades a los de más abajo, los más pobres de la escala social.

El guionista español David Desola, de quien realmente depende el éxito implacable de este filme (pues el director siempre se ha dedicado a la producción), desde hace varias películas viene explorando los miedos, impulsos y necesidades más innatas de la psique humana bajo encierro, pero esta escalofriante y angustiosa historia es sin duda su obra más desequilibrante, pues ratifica que el mal ético más grande de nuestra especie es creer que lo más preciado que tenemos es nuestra propia vida.

La película está disponible en Netflix.

jueves, 9 de abril de 2020

Insumisas


Insumisas (2019) es una coodirección entre el cubano Fernando Pérez y la suiza Laura Cazador que cuenta la historia de una mujer que llega a Cuba en el siglo XIX buscando a su hijo, haciéndose pasar por hombre para poder ejercer como la doctora que es.

A pesar de la potencia del relato (que está basado en una historia de la vida real), que carga consigo todo el peso del realismo mágico latinoamericano, la película se viene al piso por la precariedad de su realización, y lo que es aún peor, la pobreza de su investigación. 

Aunque Fernando Pérez ya es un director veterano, a este ingenuo filme de época se le escapan cosas como que la misa en latín se daba de espaldas a los creyentes porque no era prudente darle la espalda al altar, o cosas como que en Cuba la partería es un saber ancestral. Y esos dos errores pierden por completo la credibilidad del espectador. 

Ahora, aunque hay un reconocido esfuerzo del departamento de arte por recrear la Cuba de principios del siglo XIX, el maquillaje, la corrección de color, el diseño sonoro, y sus personajes planos hacen que todo se vea impuesto y forzado: Los rostros no son tan curtidos como deberían, el look no evoca a la Cuba conquistada, el sonido es pobre e inexperto y los personajes no tienen ningún tipo de matiz en su interpretación, están ahí netamente para contar la historia, nada más.

A pesar de sus imperdonables errores es una película importante en cuanto retrata una Cuba esclavizada y con sed de liberarse, y cómo, siendo desde antaño un puerto de convergencia internacional, se fue apoyando en esos nuevos saberes que arribaban para empoderarse y desarrollar su independencia. Esos relatos históricos sobre nosotros mismos siempre serán importantes.

miércoles, 8 de abril de 2020

Mi verano de amor (My summer of love)



Luego de la gran acogida que tuvo por parte de la crítica Last Resort (2000), el ganador del Oscar Pawel Pawlikowski se avienta con una historia romántica y descabellada de dos adolescentes fuertes, rebeldes y dominantes que buscan comprensión y vías para desahogarse.

La vida ha sido brusca con Mona y su hermano Phil, a punta de totazos con la realidad les ha forjado un carácter recio, pero mientras a ella eso la ha mantenido alejada de las deidades, él por el contrario ahora busca acercarse a Dios para redimir sus errores del pasado.  Dadas estas circunstancias el corazón de Mona flaqueará cuando conoce a Tamsin (Emily Blunt), una mística mujer que aparece en su vida montada en un caballo, ¡cual príncipe azul! Tam es una adolescente imponente, perspicaz y muy letrada, con problemas en casa y de autoestima. Cuando los caminos sin rumbo definido de estas dos adolescentes se cruzan, encuentran refugio recíproco y se les viene encima una bocanada de pasión y desahogo que pueden, tal como nos ha pasado a todos, confundir con un profundo amor.

Desde el 2004 que el polaco Pawlikoski realizó My summer of love, venía estructurando su firma autoral: los finales inesperados que cambian radicalmente la historia y descubren facetas más profundas e interesantes de sus personajes, pero ¿qué tan potente es esta firma en Mi verano de amor?

Esta es una película cuyos personajes vuelven al lugar del que partieron: emprendieron un viaje, descubrieron nuevas experiencias, vivieron con fervor su verano y, retornaron prefiriendo la hostilidad de la vida que ya llevaban. Esto, no solamente argumenta la película, sino que además cumple con el factor sorpresa de su firma. Ahora bien, pudo haber tenido un final mucho más impactante como los que le dio a Ida (2013) o a Cold War (2018), pero el desconcertante y considerado final de esta desenfrenada historia de frenesí hormonal, le hace justicia al relato: la vida no es color de rosa, ni una plegaria a Dios, pero cada paso que damos nos enseña a entender un poco más qué es en realidad.


martes, 7 de abril de 2020

Gomorra


Gomorra (2008) es una de las películas más impactantes del italiano Matteo Garrone, quien en esta ocasión se inmiscuía por primera vez en Scampia (un barrio en Nápoles), el lugar a cielo abierto más grande del mundo donde se expiden drogas, dominado por una de las mafias más asesinas del mundo: La Camorra. Allí, él hace apenas un boceto de los movimientos turbios que se agitan entre sus intrínsecos edificios y marchitas llanuras: tráfico de armas, explotación de migrantes, sicariato, expedición de drogas, reclutamiento de menores, extorsión, desaparición de residuos tóxicos, tráfico de animales y hasta los vestidos que llevan las estrellas de cine sobre el tapete rojo.
Con inevitables similitudes y guiños a clásicos del cine de mafias, Matteo cuenta esta vez la realidad actual de las mafias italianas, pero esta vez en Italia, y cómo estas absorben lo más bajo de la sociedad en un universo que ellas mismas construyeron, donde los niños que crecen en entornos medianamente sanos, maduran queriendo involucrarse y hasta comandar un clan mil veces más grande y sucio de lo que ellos logran ver.
El filme mantiene en vigilia el desarrollo inteligente de varias historias en simultáneo, filmadas en lo más distante de las turísticas ruinas romanas, en un barrio moderno y olvidado por la ley, donde tener un mico encerrado en casa, o andar con un arma o con un chaleco antibalas si es el caso, o asaltar un casino, hace parte del normal desarrollo de los días.
En este escalofriante tour por las calles y antros de Nápoles, Matteo reconstruye, sin ningún tipo de contención, algunos de los eslabones de la cadena criminal de los que menos se suele hablar. Como el destino final de los desechos tóxicos de las grandes aerolíneas: tres metros bajo hectáreas enteras de tierra que contaminan irreversiblemente el suelo donde vive gente y se cultivan alimentos.

Aunque la película procura brindar un pequeño aire de esperanza, lo mejor es verla con el estómago vacío por el asco que causa la humanidad.
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La peli está disponible en Popcorn.

lunes, 6 de abril de 2020

Alicia en las ciudades (Alice in the cities)



Alicia en las ciudades (1974) es una película muy sentida del aclamado director alemán Wim Wenders. Cuenta la historia de un cohibido periodista que termina, sin desearlo, viajando por el mundo con Alicia, un niña de 9 años  que en realidad es quien orienta el viaje.

Guiado ciegamente por su astucia, Philip, el periodista, volverá a amar la vida, la fotografía, se desinhibirá de las presiones laborales y se reencontrará con su país y consigo mismo. Mientras ella, por su lado, manipulará desprevenidamente cada momento del trayecto para no sentirse abandonada ni vulnerada. Una niña sagaz, empoderada e inteligente. Tan capaz de hacer lo que sea necesario para conseguir hospedaje y una comida decente, así como de enfrentar y desarmar a Philip de sus dilemas existencialistas.

Un viaje que, a pesar de las paupérrimas consecuencias que los dejó juntos y a la deriva, les enseñó a edificar una amistad cómplice y bella a partir del caos y el irremediable destino, pues cuando él aprende a asumir aquello para lo cual fue llamado, el viaje se hace mucho más ameno. Alícia siempre tuvo claro qué era lo que ella necesitaba, compañía. Era él quien llevaba un desastre por dentro, quién más necesitaba esa aventura.

En un conmovedor y muy personal viaje Wenders nos agita la memoria recorriendo los paisajes, hoy corrompidos por el tiempo, de New York, Amsterdam y Alemania, mientras imparte una fuerte crítica a la construcción artificiosamente mentirosa de la televisión.

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domingo, 5 de abril de 2020

Amun.


Amun (2017) es el primer largometraje dirigido por Anar Abbasov. Una pieza religiosa filmada en el desierto de Judea, donde Jesucristo hizo su cuarentena. Un escéptico ruso se verá inmerso en este lugar extremadamente árido y caliente buscando a un monje que cure a su hijo del coma en el que ha caído.

Esta es la película sobre un arduo y salvaje viaje en búsqueda de fe y salvación a lo largo del vasto y desolado desierto sagrado, en donde pronto se despoja al ateo de sus pertenencias materiales y poco a poco de todo lo demás, haciéndole pagar por la salud de su hijo con cada paso y cada llaga causada por el impetuoso sol.

Un filme que busca mostrar el poder de Dios y el arduo camino para llegar a él, las formas escuetas de sus enseñanzas y los sacrificios que exige en pro de redención y algún milagro que suprima el karma de haber sido un mal padre.


sábado, 4 de abril de 2020

La ciénaga.



La ciénaga (2001) es otra ópera prima dirigida por una mujer latinoamericana. La argentina Lucrecia Martel sitúa su cámara en el núcleo de dos familias, en una parcela en Salta, Argentina, y desde allí dentro logra un retrato íntimo de los días de verano que sofocan y alegran su cotidianidad.

En un paisaje encabezado por mujeres y plagado de niños y adolescentes, Lucrecia explora la alegría y belleza de los días compartidos entre hermanos, pero lo hace en contraposición a la disfuncionalidad que consume las familias internamente, como una enfermedad visceral. Así, mientras los adultos se hartan de sus hijos y se sumen en sus propios vicios y soledades, los más jóvenes conocen el mundo y exploran sus relaciones, como drenando la insuficiencia de sus hogares, que les ha dejado acentuadas cicatrices.

Con gran sutileza y tranquilidad el filme busca ser respetuoso y precavido a la hora de exponer las problemáticas de sus personajes. Más bien se enfoca en cómo el desenvolvimiento de estas dificultades define el lugar en que viven y sacude el diario vivir de forma inevitable, y a veces incluso salvaje.

Lucrecia logra generar lazos fraternales tan poderosos entre sus personajes, que le permiten llevar el filme a un desarrollo mucho más íntimo y valioso, pues desde esta intimidad calca también una aparte de la idiosincrasia argentina.


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viernes, 3 de abril de 2020

La mujer del padre (Mulher do pai)



La mujer del padre (2016) es la ópera prima de la directora brasilera Cristiane Oliveira. Ella nos ubica en una humilde morada en la frontera entre Uruguay y Brasil, en donde vive Nalú, una adolescente alborotada, su padre, quien es ciego y con el que ni siquiera se comunica, y su abuela, quien les deja expuestos el uno al otro, obligándolos a tener una relación. En esta tierra tranquila y árida como la película, Cristiane nos hablará de la imposibilidad de reconciliarse con alguien, del miedo de un padre ciego de acercarse a su hija y de una joven falta de afecto.

En un drama lento y de bajo presupuesto estas dos personas van perdiendo la capacidad de acercarse el uno al otro. Ella, porque su mundo cada vez está más lejos del de su padre, y él porque, tras perder la visión, fue olvidando los retratos metales que tenía del mundo, y con ellos su posición de padre.

En este pueblo desolado y olvidado, esta película pone a dos personas solitarias cargadas de ira a compartir sus días, explorando así la sexualidad, la búsqueda de afecto y el vacío de una joven de 16 años que cree en los hombres diferentes, y de un viejo ciego que pasa sus días moliendo hierbas e hilando lana.


jueves, 2 de abril de 2020

El faro (The lighthouse)


El faro (2019) es la segunda película dirigida por Robert Egges. Esta vez saca a flote un relato oscurantista y desolado de dos hombres que mantienen un faro en una remota isla a finales del siglo 17.

Misterioso, solitario y estrecho es aquel faro donde pasan los días el joven Winslow (Robert Pattinson), y el autoritario Wake (Williem Dafoe). Allí los quehaceres diarios, la soledad, el alcohol, los demonios del pasado y la contienda entre ellos dos los lleva, con la pasividad de las olas que chocan contra el faro, hacia sus impulsos más humanos, donde el instinto sale a flor de piel y el delirio asecha. Una película controversial y difícil de seguir, pero absolutamente hipnótica, en donde los personajes se van transformando y trastornando a la vez que su entorno lo hace, la marea se arrecia y las gaviotas atacan, así como ellos bailan de euforia y se agreden entre ellos.

Egges propone un viaje esquizofrénico a la psique de dos hombres consumidos por la soledad y el desespero. Con un acento gótico y salvaje en sus imágenes construye esta película de terror psicológico, que evoca desde a Jean Paul Sartre hasta a Edgar Allan Poe, y una mística lúgubre que ya venía explorando desde The witch (2015). The Lighthouse está filmada con lentes de principios del cine, posiblemente los mismos con los que se grababa el Expresionismo alemán, y que le dan una look tenebroso y enclaustrado que permite intimar con los personajes y sus delirios. De hecho, gracias al uso de estos lentes, el desarrollo filosófico y psicológico de esta peli recae plenamente sobre el impactante dúo actoral, quienes no solamente tienen una química absorbente dentro de esta siniestra isla, sino que además exponen en sus gestos y relatos toda esa oscuridad y terror que emana del filme.


miércoles, 1 de abril de 2020

Dolor y gloria.



Dolor y Gloria (2019) del español veterano Pedro Almodóvar, cuenta la historia de un cineasta a quien el paso del tiempo no lo ha perdonado. Le duelen desde las articulaciones hasta los recuerdos, pero el mismo tiempo le dará un suave y sutil giro que le curará desde los dolores de cabeza hasta la crisis creativa.

Antonio Banderas interpreta a Salvador, un director de cine sumido en la depresión y acongojado por los años que le pesan, pero su actuación es pasmada y falta de expresividad. ¿Por qué si su actuación no es precisamente la mejor, es la ideal para la película?

Toda obra de arte es también un auto-retrato. Hay quienes abiertamente escriben sobre sí mismos, y hay quienes pintan sin tener idea de cuánto de ellos mismos se refleja en sus trazos. Almodóvar hizo este filme bajo un parámetro que él mismo denomina auto-ficción, donde combina no solamente la narrativa a la que él mismo le ha puesto su firma, con su presente y pasado, incluso con películas que él mismo hizo, sino que también altera estos hechos para contar una historia más impactante, una que tal vez es la que a él realmente le hubiera gustado vivir. Allí, pone en evidencia a un Almodóvar que siente el rigor de haber llegado a los 70, que creció durante el franquismo, y que una y otra vez procura regresar a los lugares donde fue feliz (La mala educación [2004] o La ley del deseo [1987]), y que nunca se olvida de probar cosas nuevas. A esta edad no se puede esperar un filme inquieto y lleno de vida como los que hacía durante La Movida española (Pepe, Luci, Bom y otras chicas del montón [1980]). A esta edad la nostalgia y remordimiento carcomen en silencio, y se necesita toda la lucidez, calma e inteligencia emocional para poder afrontar la culpa, el dolor y el resentimiento, para reencontrarse de nuevo con uno mismo y con los demás. Por eso la película no tiene ni una pizca de tensión, fluye sosegadamente, como perdonando el tiempo, y recomponiéndolo al final. Y por eso, cuando A. Banderas interpreta a Salvador, quien realmente es una proyección de Almodóvar, lo hace tan contenida e imperturbablemente, porque al final es el destino el que decide. Es la interpretación que encaja perfecto en el molde de la película, pues se acopla con precisión a la forma armónica en que fluye el filme.


sábado, 28 de marzo de 2020

Judy



Judy (2019) es una obra del no tan experto Rupert Goold, que cuenta la decadente y triste historia de los últimos meses de vida de uno de los íconos estadounidenses del siglo XX: Judy Garland, quien para salvar su carrera y familia empezó a dar conciertos en un pequeño cub de Londres.

Si uno como espectador tuviera la capacidad de solamente ver la ruina emocional de Judy (Reneé Zellweger) esta sería una historia mucho más estremecedora, pero la verdad es que el tratamiento pobre del guion no apoya en absoluto a Reneé. Ella encarna demasiado bien a una persona que creció castigada, explotada e inducida a las drogas por tener una voz maravillosa, divorciada 4 veces, con serios y profundos problemas emocionales, de autoestima y con el alcohol, y que a pesar de eso era infinitamente noble y adorable. Pero la película nunca profundiza en las raíces ni desarrollo de estos problemas, tampoco en el efecto del abuso de las drogas. Tiene una perspectiva limitada donde solamente cuenta la experiencia de Judy con el productor ejecutivo de Mago de Oz (1939), y la serie de conciertos que dio en Londres bajo el efecto de las drogas, hechos que si bien están relacionados, no desarrollan en absoluto el origen de sus males, lo cual hace de esta una mala película, pues termina manipulando y dirigiendo la historia hacia un mensaje errado. Por ejemplo el consumo de drogas por parte de Judy parece más bien un mal hábito en vez de un mecanismo para combatir años de maltrato emocional, da la impreción que ella simplemente no es capaz de hacerse cargo de sí misma, y hechos como estos desembocan en que la película se volque contra ella y la juzgue, como cuando a sus 47 años le pide matrimonio al joven Mickey Deans y los espectadores le gritan “¡No!”, desconociendo totalmente los motivos que la impulsan a dicha decisión. Si la película fuera un poco más noble con ella, sería responsable y completa con la forma en que se cuenta la historia, lo cual, no solamente potenciaría mucho más la actuación de Reneé, sino que también transmitiría un mensaje mucho más consciente, sentimentalmente potente y enaltecedor, pero el filme no la honra, la juzga en silencio, como una droga: aparentemente la impulsa, pero en el fondo lo que hace es acabar con ella.

Ahora, si bien es cierto que Rupert no comete el error común en los bio-pics, que es tratar de introducir mucha información en poco tiempo, comete otro que no sabría decir si es peor, y es no contar lo necesario.

Realmente es una lástima que la esplendorosa actuación de Reneé se desperdicie en la cinematografía poco experta de Rupert, porque la hace parecer un poco plana, cuando ella está haciendo un papel estupendo llenando el filme de fuerza emocional, escenas de canto poderosísimas y nobleza, mucha nobleza.


Para ver el trailer.

viernes, 27 de marzo de 2020

Mujercitas (Little Women).



Esta obra del 2019, cuenta la historia de cuatro hermanas que crecen y maduran en Estados Unidos durante de la guerra civil. Fue dirigida por Greta Gerwig, y es la octava adaptación de la novela de Louisa May Alcott, Little women, publicada en 1868. ¿Por qué hacer una octava versión de lo mismo?

Pues bien, Little women es un libro lleno de tanto vigor y sentimiento como el clásico de Margaret Mitchell "Lo que el veinto se llevó (Gone with the wind)", y eso ya es razón suficiente para que un/a director/ra decida asumir la titánica tarea de traducirlo a imágenes. Cada vez que alguien tomó esta determinación fue porque creían en nuevas, diferentes y mejores formas de retratar la intensidad de los sentimientos que el libro evocó en ellos, y ciertamente, hay que decirlo, las mejores versiones siempre han sido las dirigidas por mujeres.

En este caso, Greta decide capturar el aire fresco y contemporáneo que fluye entre las páginas del libro, pero sin olvidarse jamás de los límites socioculturales que imponía la época. Es así como nos encontramos con una joven que en pleno siglo XIX es capaz de vender su cabello por ayudar a su familia, ¡y Greta lo hace ver increíblemente natural! En el contexto de la película este acto heroico e impulsivo transcurre con absoluta espontaneidad. Pero claro, ella no se olvidaría jamás de cuán complejo puede llegar a ser para una mujer cortarse el pelo… En esta versión, absolutamente femenina, ella reconcilia dos posiciones distintas ante la vida y las hace caber en la misma pantalla, sin que ninguna sea más o menos valiosa que la otra, cosa que no se había logrado antes en ninguna de las adaptaciones. La peli hace un balance bastante equilibrado entre los ideales posmodernos del feminismo, y la mentalidad de la gente en los Estados Unidos de hace dos siglos. Allí es tan válido querer ser escritora o música y aborrecer el negocio del matrimonio, como querer tener vestidos suntuosos, coquetear con hombres o querer tener hijos con un galán adinerado.

Con saltos de tiempo en las cuatro historias se hace un poco complejo ubicarse en la película, y sin embargo, a pesar de los efectos nefastos que esto pueda causar, la peli logra sembrar en el espectador esa belleza nostálgica que carga el trascurrir de los años, pues al final, este filme rebelde, doloroso y pasional es sobre la vida misma, en donde cada quien procura labrarse un camino con sus propios ideales, llegando siempre a lugares inesperados.

Es complejo llegar a afirmar que esta es la mejor adaptación del libro de Louisa, pero sin duda, nunca hubiera podido ser una película tan evocadora si no la hubiera dirigido una mujer.


jueves, 26 de marzo de 2020

Ford Vs. Ferrari



La premisa de Ford Vs. Ferrari (2019) - o “Contra lo imposible” como absurdamente la tradujeron para Latinoamérica - es la misma de tantas películas sobre deportistas, que van desde Creed (2015) hasta Cars (2006): un corredor que ya no puede conducir por motivos de fuerza mayor, y ahora asume la tarea de llevar a otro más novato a una de las carreras más importantes del mundo (en este caso, las 24 horas de Le Mans) a vencer al mejor piloto del momento, y todo esto como resarcimiento consigo mismo por no poder pilotar nunca más. ¿Por qué verla si de ante mano se sabe el resultado final? Porque lo emocionante es el trayecto hasta la meta, más no cruzar la banderilla de cuadros.
Con un Oscar a mejor edición de sonido muy merecido, James Mangold, el director, se ciñe rígidamente a los parámetros cinematográficos de Hollywood, para traer a colación una película donde logra captar la atención hasta del más ignorante en la industria automovilística, mientras que cuenta la historia sobre cómo Henry Ford II salvó a su compañía de caer en banca rota en el 66, apostándole a construir un carro de carreras que pudiera vencer los diseños de Ferrari.
Una película que a pesar de ser bastante predecible y absolutamente estereotipada, logra su objetivo principal, entretener contando un fragmento de la historia del siglo XX: la segunda vez que Ford fue a la guerra, diría Henry Ford II. Llena de fuerza, agresividad y tensión, sienta al espectador como copiloto en un Ford de carreras que no baja sus revoluciones hasta la última vuelta.
Ahora, ¿Es eso suficiente para haber estado nominada a mejor película? A menos que La Academia haya bajado sus estándares, definitivamente Le Mans ´66 (que es su nombre original) no tiene el estándar para llegar allí, es una película de poca monta que quedará empolvada por la historia. Lo que tiene es muy buenos contactos dentro de la Academia de Artes y Ciencias de la Cinematografía.


miércoles, 25 de marzo de 2020

Los dos papas (The two popes)



El guionista neozelandés Anthony McCarten llevó películas como The theory of everything (2014), The darkest hour (2017), Bohemian Rhapsody (2018) y ahora The two popes (2019) a los premios más aclamados de la academia. Sobre esta última dijo al Hollywood Reporter: “La verdad no es una cosa fija ni finita. Se crea, al final, una obra de arte con esto”. Y exactamente eso fue lo que hizo con este guion.

En lugares como la casa de verano del papa o la Capilla Sixtina reúne a Benedicto XVI y al entonces cardenal Jorge Bergoglio (hoy papa Francisco), para definir el futuro de la Iglesia, mientras desarrollan entre ellos una profunda y afectuosa amistad basada en sus acentuadas diferencias intelectuales y teológicas. La película misma es un extenso diálogo entre Benedicto (Anthony Hopkins) y el Cardenal (Jonathan Pryce), lleno de sabiduría y rivalidad serena, en donde se humanizan a estos dos grandes del poder católico, se les despoja del velo de santidad que los cubre ante la sociedad y los acerca a ella como dos humanos más, con dudas, faltas e ignorancia, que comen pizza y disfrutan del fútbol. Benedicto XVI como el ultra conservador que es y el cardenal como un hombre de mente abierta que trascendió la dictadura argentina.

Una de las cosas que más hay por admirar de los escritos de McCarten es el respeto con el que elabora siempre las historias. Teniendo mucha tela de donde cortar para hacer un filme totalmente controversial, él decide no ser ajeno a la coyuntura de la Iglesia Católica sobre la corrupción y la pedofilia, pero tampoco ahondar en ello. Lo menciona, pero no cae en ese juego morboso que exigen los críticos.

Ahora, el trabajo del brasilero Fernando Mierelles, director de películas tan distintas como Caidade de Deus (2002) y Blindness (2008), no es nada despreciable en esta película. Desde la cinematografía hasta la edición hizo poesía pura que impulsa y sostiene el guion sobre los pasos acongojados de los papas, con estocadas de humor muy bien esparcidas, que lograron construir un filme y bio-pic lleno de prudencia, sabiduría, humildad, redención y mucha consciencia sobre la influencia moral que la iglesia debería ejercer sobre males que asechan al mundo como la inequidad económica o el cambio climático, pues el mismo filme es consciente que el catolicismo no ha de ser solamente un negocio.

A pesar de los ojos escépticos con que uno se pueda sentar a ver este filme, es innegable la bondad que transmite. El argentino ni siquiera quería ser papa. Incluso estaba en desacuerdo con muchas de las maniobras de la Iglesia, sin embargo su humildad, sapiencia y seguridad en sí mismo lo llevó a reunirse con el papa, y posteriormente a dirigir una de las instituciones más poderosas del mundo, con un mensaje de esperanza renovado para toda la humanidad.


lunes, 23 de marzo de 2020

Siete Almas (Seven pounds)



Siete almas (2008) es una película del italiano Gabriele Muccio, (también director de En busca de la felicidad [2006]), que cuenta la historia de un hombre adinerado que carga consigo el peso de un inconfesable secreto que lo lleva a buscar redención consigo mismo ayudando a otros. Pero no contaba con enamorarse en el proceso.

El valor emocional de la muerte es algo inherente al hombre, y Muccio se apoya en este hecho para construir, desde los créditos iniciales hasta los finales, un drama absoluto, en donde Ben, un hombre misterioso, lleno de bondad y sumido en la depresión, de forma arbitraria e inmoral, incluso ilegal, busca y decide quién merece una segunda oportunidad y quién no, para él mismo dársela o negársela. La película es consciente de la incongruencia de este hecho irreal y caprichoso así que se enfoca en cómo él se enamora poco a poco de una de sus elegidas, atrapando al espectador con la angustiosa dualidad que crece entre el amor y la muerte.

El filme tiene un montaje anacrónico que deja bastantes preguntas tras la estocada final, pero que ciertamente, junto con una inquietante interpretación de Will Smith, salvan la película de ser un bodrio. Es así como este filme de Muccio cobra tanta fuerza que logra desprender silenciosas lágrimas en los espectadores que ven a Ben meter a su medusa en la bañera, mientras a su vez se hacen fuertes cuestionamientos sobre el valor de la vida y los seres queridos, contemplando, en muchos por primera vez, la belleza magna que hay en la donación de órganos.


domingo, 22 de marzo de 2020

La Lista Negra (The Dead Pool)



Desde la década de los 50s hasta el presente milenio Buddy Van Horn ha trabajado como doble y coordinador de dobles en más de cien películas. Durante esta extensa carrera, una innumerable cantidad de veces fue el doble del cinco veces ganador al Oscar Clint Eastwood, el protagonista de las únicas tres películas que dirigió Buddy.

La lista negra (1988), es una peli que corresponde al cine policial de la época, con una femme fatale periodista, un asesino en serie que está obsesionado con un director de cine gore y que en su “dead pool” tiene celebridades del cine, y un policía conocido como el Dirty Harry por su forma tosca de trabajar, quien obviamente es interpretado por el carepuño de Eastwood.

La película no trasciende demasiado más allá de la acción, el misterio y el romance que caracteriza este tipo de películas, salvo por una que otra crítica y reivindicación que le hace a los medios de comunicación. ¿Por qué verla entonces? Porque es demasiado entretenido ver a un joven Jim Carrey protagonizando el video de Welcome to the jungle de los Guns n´ Roses, y porque este filme tiene la que es tal vez una de las mejores escenas de persecución de la historia del cine.


miércoles, 19 de febrero de 2020

Joven y bonita (Jeune et Jolie)



Jeune et Jolie (2013) es una película del francés François Ozon. Cuenta la historia de una adolescente que tras perder su virginidad encuentra un placer particular en la prostitución prepago. ¿Qué es realmente lo que le gusta de ello: la plata, el sexo, la incertidumbre de los encuentros?

Sin darle muchas vueltas al asunto François nos introduce en un penetrante relato sobre una joven muy guapa, pero rota por dentro, quien busca llenar el vacío que le dejó la ausencia de su padre con encuentros fortuitos con hombres mayores a cambio de dinero. Y no le disgusta en absoluto, todo lo contrario, le encanta organizar la citas, imaginarse las habitaciones y recordar el fervor del coito. Pero es demasiado inocente, y no tiene idea del mundo tan peligroso en el que se está involucrando, ni mucho menos las consecuencias que esto podría acarrear. Es como una minifalda de ositos desorientada en un callejón rojo.

La película puede sentirse un poco tímida a la hora de contar detalles que podrían ser relevantes para justificar la historia, como el impulso que llevó a Isabelle a enrollarse en ese mundo por su propia cuenta, o qué es aquello que la mantiene ahí involucrada cuando en ocasiones la maltratan tanto. Pero la verdad es que la película está directamente enfocada en narrar su historia en la prostitución y acompañarla en el drama interno y familiar que esto le provoca, no importan nada más, ni cómo inicia allí, ni qué planea hacer con el dinero que gana. El objetivo real es mostrar cómo una niña de 17 años, sin siquiera saberlo, busca atención y el cariño de su padre en el pene de tantos otros hombres.

Con admirables interpretaciones, François construye lo que podría ser el preludio de Nymphomaniac, la controversial obra de Lars von Trier, del 2013 también. Un profundo y punzante relato sobre la sexualidad y el caos adolescente, enfocado únicamente en eso: la fragilidad y el desequilibrio de una solitaria joven y bonita.