The Breadwinner (2017), es una película animada, no infantil, de la irlandesa Nora Twomey, basada en el libro con el mismo nombre de la canadiense Deborah Ellis, quien se inspiró en algunas de las entrevistas que hizo en campos de refugiados afganos a finales del siglo pasado para escribir su novela infantil. La película cuenta la historia de una niña que, tras el arresto de su padre por parte de los talibanes, debe hacerse pasar por niño para poder traer sustento a su hogar. ¿Por qué hacer una película animada sobre un contexto tan hostil?
Nora Twomey deja ver su larga experiencia dirigiendo películas animadas, con un trabajo gráfico y narrativo impecable, y con una historia que es una gran combinación entre crear y adaptar: es una construcción absolutamente atrapante en donde se sostiene el aire infantil del texto original, pero donde a su vez se explora con prudencia y franquicia un contexto histórico, que aunque es alejado del contexto que evoca el cuento original, no pierde vigencia ni realismo. La música de la película es tal vez uno de los productores de emociones más fuertes que tiene el filme. Se articula armoniosamente con la animación.
Radiante, conmovedora y angustiosa. Esta hermosa historia se sitúa en el 2001, cuando los talibanes dominaban Afganistán, justo antes de que los Estados Unidos lo invadiera. Allí, Parvana vende cosas con su padre en la calle, hasta que un día este es arrestado por “faltarle al respeto a la autoridad”. Desde entonces ella cambia su apariencia y poder llevar sustento a su familia sin tener mayores conflictos con los talibanes. La película le da de este modo a una joven kabulesa los mismos derechos que tienen los hombres, le permite salir, negociar, conocer gente, trabajar y a Parvana se le nota en el rostro la satisfacción que esto le produce. Esto la hace una película feminista, en cuanto le da las herramientas a una mujer para que sea autónoma y sostenga a su familia, dentro de un contexto donde algo así sería una aberración, y además le brinda los mismos derechos que tienen los hombres, explora las implicaciones que hay en ello y expone el goce de Parvana al disfrutar de su libertad.
El ser animada le permite varias cosas a la película: primero, no ser otra película más sobre la difícil situación en el medio oriente, sino contar la historia de una forma más amena con el espectador, que le permite dejarse llevar por las emociones del filme, ya que estas, "en muñequitos", parecen inocentes. Si fuera una película con actores reales sería mucho más oscura y lastimera, y el espectador promedio se autoprotegería ante el argumento que plantea el filme. Segundo, ampliar el espectro de edad. La película conserva la atmósfera infantil que tiene el libro de Deborah, lo cual la hace apta para un público más joven, le brinda a este instrumentos para acercarse y entender mejor el mundo. Y tercero, para sensibilizar de una forma menos chocante, más armoniosa y creativa respecto a una serie de situaciones que aún hoy en día se siguen presentando en esta región del globo, como lo son la guerra, la intolerancia, el extremismo religioso o la opresión.
Esta es una de las más galardonadas obras de Twomey, por su potencia emocional y enganche, por la representación tan purista que hace de la sociedad afgana, por la construcción tan acertada de los personajes, el juego con distintas formas de animación, y la construcción de la capacidad oratoria de Parvana. Una historia concisa y sensible, fuerte, impactante y bella.